May
the God of hope fill you with all joy and peace as you trust in him, so that
you may overflow with hope by the power of the Holy Spirit. Romans 15:13 (NIV)
Have you ever had times in your life that hovered over you and followed you around like a dark cloud?
I’m kidding,
right? Who hasn’t? And did you ever have someone voluntarily come to you and
say they would handle that crisis for you? I cannot speak for all, but that is
something I have experienced in my own life. What a relief it was. When I
received the news of that help my anticipation and hope of things working out
in the positive could not be measured. It was, to me, the height of hopeful
anticipation.
Where are
you today? Worried about a task looming before you at school, home, work, or
church? In today’s verse we find Paul desiring to fill his readers with the
hope of joy and peace in Christ.
The joy he
is speaking of reveals to believers the delightful assurance of anticipation to
each of us to be had through the Holy Spirit’s divine intercession. It is an
intercession so deeply from His heart for us that there are no words that could
adequately interpret it (Romans 8:26). It could only be heard in sighs and
groans that are fully understood as a lamentation and plea for you to the mind
of God Himself. The peace is the natural result of the assurance that God is
willing to fulfill His hope and purposes in you.
Christ will achieve
all He has resolved in His plan for you. The greatest hope in His perfect
holiness is it is there for your highest good in perfect power and authority
over life and eternity. Because He is perfectly holy, everything in all His
works for you remain perfect. That is exciting because His will for you is
never some half-baked idea. Everything God wills for you has been thought
through and will work to your highest good and His ultimate glory.
He will
handle your burdens and requests with the greatest wisdom and mercies. For
whatever you are facing now, to wherever you are facing it, He takes care of
His own. If you are trusting in Christ to handle it, the anticipation of how
He will meet it should absolutely cause the hair on your neck to tingle. That
is like finding honey in the rock, beloved. Just taste and see that the Lord is
good. Blessed is the one who takes refuge in Him (Psalm 34:8). Sweet.
Maranatha,
Ken
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Que el Dios de la esperanza os llene de toda
alegría y paz mientras confiáis en él, para que reboséis de esperanza por el
poder del Espíritu Santo. Romanos 15:13 (NVI)
Anticipación esperanzada
Estoy bromeando, ¿verdad? ¿Quién no lo ha hecho? ¿Y
alguna vez alguien se acercó voluntariamente a ti y te dijo que se encargaría
de esa crisis por ti? No puedo hablar por todos, pero eso es algo que he
experimentado en mi propia vida. ¡Qué alivio! Cuando recibí la noticia de esa
ayuda, mi anticipación y esperanza de que las cosas salieran bien, no se podían
medir. Fue, para mí, el colmo de la anticipación esperanzada.
¿Dónde estás hoy? ¿Le preocupa una tarea que se
avecina ante usted en la escuela, el hogar, el trabajo o la iglesia? En el
versículo de hoy encontramos a Pablo deseando llenar a sus lectores con la
esperanza de gozo y paz en Cristo.
El gozo del que habla revela a los creyentes la
deliciosa seguridad de la anticipación para cada uno de nosotros que se tendrá
a través de la intercesión divina del Espíritu Santo. Es una intercesión tan
profunda de Su corazón por nosotros que no hay palabras que puedan
interpretarla adecuadamente (Romanos 8:26). Solo se podía escuchar en suspiros
y gemidos que se entienden completamente como un lamento y una súplica por ti a
la mente de Dios mismo. La paz es el resultado natural de la seguridad de que Dios
está dispuesto a cumplir Su esperanza y propósitos en ti.
Cristo logrará todo lo que ha resuelto en Su plan para
ti. La mayor esperanza en Su perfecta santidad es que está ahí para tu mayor
bien, con perfecto poder y autoridad sobre la vida y la eternidad. Debido a que
Él es perfectamente santo, todo en todas Sus obras para ti permanece perfecto.
Eso es emocionante porque Su voluntad para ti nunca es una idea a medias. Todo
lo que Dios quiere para ti ha sido pensado y obrará para tu mayor bien y Su
máxima gloria.
Él se encargará de tus cargas y peticiones con la
mayor sabiduría y misericordia. Porque lo que sea que estés enfrentando ahora,
dondequiera que lo estés enfrentando, Él cuida de los Suyos. Si confías en que
Cristo lo manejará, la anticipación de cómo Él lo enfrentará debería
hacer que te hormiguee el vello del cuello. Eso es como encontrar miel en la
roca, amados. Sólo prueben y vean que el Señor es bueno. Bienaventurado el que
se refugia en Él (Salmo 34:8). Dulce.
Maranatha
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