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Monday, August 5, 2024

After the Whippin'

 

I have told you these things, so that in me you may have peace. In this world you will have trouble. But take heart! I have overcome the world. John 16:33 (NIV)

I was speaking to a young man of good spiritual judgment about many of the people of faith in the Bible that experienced deeply troubling times. He said, “At one time or another they all got whipped, Ken, but they all got back up again.” I had to agree with him as I recalled the many heroes from my childhood Sunday School classes. They got whipped once or twice, but they all got back up again.

Jesus said we would have troubles in our lives, each day having enough hardship waiting for us (Matthew 6:34). We can debate God all we want about trials and tribulations and blame Him for the woes of suffering in His Creation. We might sometimes snap at Him, “Why are You allowing this?” or even ask “Why are You doing this to me?” The short answer is; the reason lies not with God, but with our human race. The infection of sin has left our hearts broken and rebellious.

The thread of Creation’s groaning can be traced back to Eden, where God gave our first parents the opportunity to choose or refuse to obey His commandment. The troubles and suffering we endure are because they chose poorly.

So, why does He not answer every prayer when we ask for help in His name? He never said He could not or would not. He said He can do both (Matthew 19:26, John 14:13).

It has been my experience that when a prayer “in Jesus’ name” is uttered and it does not fulfill the purpose to glorify God through Christ, or the motive we pray in is questionable, then Jesus will not do it. John writes, This is the confidence we have in approaching God: that if we ask anything according to his will, he hears us. And if we know that he hears us—whatever we ask—we know that we have what we asked of him (1st John 5:14-15).

Even if an answer is not what we were hoping for it is still an answer that comes from a perfectly holy, loving, and wise God. Because He is perfectly holy, all He does is perfect. We may not know the reason why we did not see the perfection in His answer this side of heaven, but perhaps one day in eternity we will.

Jesus did not promise us consistent favor among our peers, or that our finite understanding would get its way every time. It is somewhat frightening and humbling to me when the Lord demonstrates He is the only One with the power and wisdom to do it right every time. It can be frightening knowing how easily it has been throughout my life to pray with the wrong motive. It can humble me as I realize only the Triune God can answer any prayer fully and correctly.  

Getting whipped in this life is inevitable. Being helped to our feet by the Alpha and the Omega is the best part of any unfortunate circumstance. Jesus makes His ways known to us that we might have peace in understanding how He is strong to lift and deliver us. It teaches us to trust more fully and strengthens our determination that after any good whippin’ we may endure, that when He pulls us up with His strong right hand, we will still be willin’ to stay.

Maranatha,

Ken

Os he dicho estas cosas para que en mí tengáis paz. En este mundo tendrás problemas. ¡Pero anímate! Yo he vencido al mundo. Juan 16:33 (NVI)

Después de los latigazos

Estaba hablando con un joven de buen juicio espiritual acerca de muchas de las personas de fe en la Biblia que experimentaron tiempos profundamente problemáticos. Él dijo: "En un momento u otro todos fueron azotados, Ken, pero todos se levantaron de nuevo". Tuve que estar de acuerdo con él al recordar a los muchos héroes de las clases de la Escuela Dominical de mi infancia. Los azotaron una o dos veces, pero todos volvieron a levantarse.

Jesús dijo que tendríamos problemas en nuestras vidas, cada día tendríamos suficientes dificultades esperándonos (Mateo 6:34). Podemos debatir con Dios todo lo que queramos acerca de las pruebas y tribulaciones y culparlo por los males del sufrimiento en Su Creación. A veces podríamos gritarle: "¿Por qué permites esto?" o incluso preguntarle: "¿Por qué me haces  esto?". La respuesta corta es; la razón no está en Dios, sino en nuestra raza humana. La infección del pecado ha dejado nuestros corazones rotos y rebeldes.

El hilo del gemido de la Creación se remonta al Edén, donde Dios dio a nuestros primeros padres la oportunidad de elegir o negarse a obedecer Su mandamiento. Los problemas y el sufrimiento que soportamos se deben a que eligieron mal.

Entonces, ¿por qué no responde a todas las oraciones cuando pedimos ayuda en su nombre? Él nunca dijo que no podía o que no lo haría. Él dijo que Él puede hacer ambas cosas (Mateo 19:26, Juan 14:13).

Ha sido mi experiencia que cuando una oración "en el nombre de Jesús" es pronunciada y no cumple el propósito de glorificar a Dios a través de Cristo, o el motivo por el cual oramos es cuestionable, entonces Jesús no lo hará. Juan escribe: Esta es la confianza que tenemos al acercarnos a Dios: que si pedimos algo conforme a su voluntad, él nos oye. Y si sabemos que él nos escucha, sea lo que sea que le pidamos, sabemos que tenemos lo que le pedimos (1 Juan 5:14-15).

Incluso si una respuesta no es lo que esperábamos, sigue siendo una respuesta que proviene de un Dios perfectamente santo, amoroso y sabio. Debido a que Él es perfectamente santo, todo lo que hace es perfecto. Es posible que no sepamos la razón por la cual no vimos la perfección en Su respuesta de este lado del cielo, pero tal vez algún día en la eternidad lo sabremos.

Jesús no nos prometió un favor constante entre nuestros semejantes, o que nuestro entendimiento finito se saldría con la suya cada vez. Es algo aterrador y humillante para mí cuando el Señor demuestra que Él es el único con el poder y la sabiduría para hacer las cosas bien cada vez. Puede ser aterrador saber lo fácil que ha sido a lo largo de mi vida orar con el motivo equivocado. Puede humillarme al darme cuenta de que solo el Dios Trino puede responder a cualquier oración de manera completa y correcta. 

Ser azotado en esta vida es inevitable. Ser ayudado a ponernos de pie por el Alfa y la Omega es la mejor parte de cualquier circunstancia desafortunada. Jesús nos da a conocer sus caminos para que podamos tener paz al entender cómo Él es fuerte para levantarnos y liberarnos. Nos enseña a confiar más plenamente y fortalece nuestra determinación de que después de cualquier buen azote que podamos soportar, que cuando Él nos levante con Su fuerte mano derecha, todavía estaremos dispuestos a quedarnos.

Maranatha

Ken