Without a Speck of change

 

I the LORD do not change. So you, the descendants of Jacob, are not destroyed. Malachi 3:6 (NIV)

When I was twelve, I had a best friend at my Sunday School. He and I were for a time inseparable. One Sunday when I came to church, I looked forward to connecting with him and finding out how his week had gone. To my surprise, his feelings for me had evaporated and in addition he had placed his attention on another boy with whom he built a grand and fast affiliation. As they sat together behind me, I was shocked at how quickly he had switched his allegiance. The greater hurt I felt was at the rebuff and dismissal of what I had considered a great friendship. That day I learned the difference between a friend and an acquaintance. He never spoke to me again and passing one another in church was awkward up to the day I found another church to attend that better ministered to my needs. I still wish my best to him and his family for a happy and blessed life in the Lord.

When you stop to consider it, aren’t you glad God is not that way? People can change frequently, especially regarding one’s interests, loyalties, and affections. Despite how you might view God, when He is quiet, He remains present with you, without a speck of change in His love. He is immutable (unchanging). As you read this, He has not changed at all in the eons of eternity. You have never been forgotten and His love and concern for you are as fresh and vibrant as they ever were. In a past that has had no beginning, you have been in His mind and heart in an eternity where time does not change or destroy. In fact, He rejoices over you in song (Zephaniah 3:17).

You may have friends, family, co-workers, or even spouses who may forsake you, leaving you with feelings that bring devastation that split your soul like lightning splits an oak tree. Be encouraged that even as fickle as people can be, God is as consistently reliable, unmovable, and unchanging in your life. You never need to worry about waking up one day and finding He likes someone else more or that He is ignoring you because something or someone else has His attention.

God’s promise that He will never change will be kept, for His word, like Himself is immutable. A promise is only as good as the person who makes it and who has the power to make it so. God’s word is His bond, and so much more the Word that became flesh and made His dwelling among us holds all authority in heaven and on earth (John 1:14, Matthew 28:18). 

For someone who has not changed one smidge in uncountable eons that word is easy for Him to say, and surely, truer words have never been spoken.

Maranatha,

Ken

 

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Yo, el Señor, no cambio. Así que vosotros, los descendientes de Jacob, no sois destruidos. Malaquías 3:6 (NVI)

Sin una pizca de cambio

Cuando tenía doce años, tenía un mejor amigo en mi escuela dominical. Él y yo fuimos inseparables durante un tiempo. Un domingo, cuando llegué a la iglesia, esperaba con ansias conectarme con él y descubrir cómo le había ido en la semana. Para mi sorpresa, sus sentimientos por mí se habían evaporado y, además, había puesto su atención en otro chico con el que construyó una gran y rápida afiliación. Mientras se sentaban juntos detrás de mí, me sorprendió lo rápido que había cambiado su lealtad. El mayor dolor que sentí fue el rechazo y el rechazo de lo que había considerado una gran amistad. Ese día aprendí la diferencia entre un amigo y un conocido. Nunca me volvió a hablar y cruzarse en la iglesia fue incómodo hasta el día en que encontré otra iglesia a la que asistir y que ministraba mejor a mis necesidades. Todavía le deseo lo mejor a él y a su familia para una vida feliz y bendecida en el Señor.

Cuando te detienes a considerarlo, ¿no te alegras de que Dios no sea así? Las personas pueden cambiar con frecuencia, especialmente en lo que respecta a los intereses, lealtades y afectos de uno. A pesar de cómo puedas ver a Dios, cuando Él está callado, Él permanece presente contigo, sin una pizca de cambio en Su amor. Él es inmutable (inmutable). Al leer esto, Él no ha cambiado en absoluto en los eones de la eternidad. Nunca has sido olvidado y Su amor y preocupación por ti son tan frescos y vibrantes como siempre lo fueron. En un pasado que no ha tenido principio, has estado en Su mente y corazón en una eternidad donde el tiempo no cambia ni destruye. De hecho, Él se regocija por ti con cánticos (Sofonías 3:17).

Es posible que tengas amigos, familiares, compañeros de trabajo o incluso cónyuges que te abandonen, dejándote con sentimientos que te traen devastación y te parten el alma como un rayo parte un roble. Anímate a saber que, por muy volubles que puedan ser las personas, Dios es tan confiable, inamovible e inmutable en tu vida. Nunca tienes que preocuparte por despertar un día y descubrir que a Él le gusta más otra persona o que te está ignorando porque algo o alguien más tiene Su atención.

La promesa de Dios de que nunca cambiará se cumplirá, porque Su palabra, al igual que Él mismo, es inmutable. Una promesa es tan buena como la persona que la hace y que tiene el poder para hacerla realidad. La palabra de Dios es Su vínculo, y mucho más el Verbo que se hizo carne y habitó entre nosotros tiene toda autoridad en el cielo y en la tierra (Juan 1:14, Mateo 28:18). 

Para alguien que no ha cambiado ni una pizca en incontables eones, esa palabra es fácil de decir para Él, y seguramente, nunca se han dicho palabras más verdaderas.

Maranatha

Ken

 

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